NO PRACTIQUES YOGA


No practiques yoga si no eres flexible, podrías llegar a ganar elasticidad y arruinarías la reputación que con tanto esfuerzo te has ganado en tu grupo de amigos. Tampoco practiques yoga si tienes más de 45 años, podría hacerte bien en todos los cambios que la edad procura en mujeres y hombres. Dicen los maestros que la edad se mide por la flexibilidad de la columna, ¿para que vas a querer tener una saludable movilidad y control del cuerpo a los 60, 70 u 80  años? Donde esté un sofá, que se quite una esterilla. 

Ni se te ocurra empezar a practicar yoga si lo que te pasa es que no puedes concentrarte y hacerlo te saca de quicio. ¿Para qué vas a entrenar la mente y hacerla tu aliada?¿Para qué vas a calmar tu sistema nervioso a costa de ponerte más nervioso? Sería horrible verte un día siendo capaz de estar tranquilamente sentada en tu casa, sin sentir ansiedad o sintiéndola pero entendiendo cómo gestionarla. Es mucho mejor tomarse una pastilla para dormir. Más efectivo y tremendamente sano.

No te acerques a una esterilla si tienes problemas de estreñimiento, ni te le ocurra. Si llegaran a regularizarse tus visitas al baño para evacuar sería un gasto ingente en papel higiénico.  Tampoco te acerques a una esterilla si padeces insomnio, estrés o dolores de espalda ¡por favor no lo hagas!

Yoga no es la panacea, no cura, no es una medicina, ni una píldora. No es esotérico, ni new age. El yoga que se hace en los centros de yoga, al menos lo entiendo así, sirve para mantener en salud al que lo practica. Con las posturas trabajamos el cuerpo, los órganos internos, los centros glandulares y esto tiene un impacto sobre el sistema nervioso. Existen posturas calmantes, otras estimulantes, en cada sesión buscamos el equilibrio. Balancear el sistema nervioso, esto hace que la mente pueda centrarse, concentrarse.


Para conseguir este cometido, usamos la respiración, la coordinamos con el movimiento. De este modo, las posturas no solo las realiza el cuerpo, la mente está implicada, la respiración también y por el tiempo que dure la clase, al menos por ese tiempo, quien practica está en contacto con él mismo, ella misma. Quizá esto sea lo peor de practicar yoga. Durante una hora te olvidas de todo lo que no sea tu pie, tu respiración, tu sensación. Durante todo ese tiempo el mundo se pierde tu divina aportación al funcionamiento del universo.

Yoga no es deporte, no practiques yoga si eres un consumado deportista. No hagas caso de la selección alemana de futbol, ni de Zidane, mucho menos de todos esos deportistas que cada día hablan del yoga como preventivo de lesiones musculares. En yoga no competimos. Aceptamos los limites y trabajamos con ellos.

Cada practicante de yoga llega hasta donde puede, ese limite no es determinista, es un aliciente. Entregarte al limite te abre al infinito las posibilidades de tu cuerpo. Pero sobre todo, te enseña cómo funciona tu herramienta, que necesita, qué le viene bien, hasta donde puede ir sin dañarse. Insisto, ni se te ocurra conocer y tener el comando de tu cuerpo, esto es de locos. Mola más que alguien te diga, te coloque, una etiqueta y tu la compres para el resto de tu vida. “Tengo los isquio s cortos y por eso…blablabla”

“El yoga es para abuelas”, dijo la nieta. El Yoga es para todas las edades, solo tienes que encontrar tu yoga, tu disciplina para cada edad. Nosotros creemos en la personalización de la práctica, la edad es uno de los factores determinantes.

Si eres joven, mejor no practiques yoga, podría ser que encontrases  todas las posibilidades de movimiento de tu cuerpo, o encontrases movilidad nueva, o encontrases retos muy retadores, o simplemente empezases a darle a tu cuerpo una educación postural que te ayude a respirar mejor, a dormir mejor, a estar de pie mejor. No lo hagas, no vengas a yoga, vete a CrossFit.

Concluyendo, no pruebes el yoga, no lo practiques, podría ser muy bueno para ti.  Si lo pruebas y no te gusta, al menos has tenido una nueva experiencia para contar en las reuniones de amigos.

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